Gracias a la generosidad de los nazarenos de todo el mundo, la Iglesia del Nazareno puede compartir el amor transformador de Cristo.

Ya están disponibles los recursos para la próxima Ofrenda de Acción de Gracias para Misiones Nazarenas

El sitio web dedicado a la ofrenda, nazarene.org/generosity, incluye recursos promocionales para las iglesias locales, como gráficos para las redes sociales, carteles, folletos y mucho más.

Cada vez que oras, contribuyes con Misiones Nazarenas o participas en un viaje misionero, estás ayudando a difundir el mensaje del evangelio del amor transformador de Cristo y a hacer discípulos semejantes a Cristo entre las naciones.
Sami es un refugiado iraní que viajó por 13 países distintos antes de establecerse en el Reino Unido. Sus padres fueron asesinados y él estaba en peligro. En su camino hacia la libertad, fue golpeado, maltratado e incluso encarcelado.
Mientras estuvo encarcelado en Bulgaria, a Sami no se le permitía salir de la prisión. Eso fue hasta que un hombre se acercó a Sami y le dijo que podría tener "libertad" durante dos horas al día si se unía a su grupo. El hombre le dijo a Sami que era un grupo cristiano.
Al principio Sami dijo que no creía en el cristianismo, pero el hombre insistió.

" Está bien, si no crees, no crees", le dijo el hombre a Sami. "¿Pero no cree en la libertad? ¿No quiere salir de este edificio y respirar aire fresco?".

Sami decidió unirse a ellos por su oportunidad de "libertad". En aquella prisión de Bulgaria, Sami encontró a Jesús.
"Al final, cuando se tomaron de la mano y empezaron a orar, reinaba la paz", dijo Sami. "Me encantó".
Sami acabó saliendo de la cárcel y se dirigió a Inglaterra, donde empezó a asistir a la Iglesia del Nazareno de Ashton. Aún no tenía casa, ni conocía el idioma, ni tenía ropa ni comida.

"El modelo de la Iglesia del Nazareno es más bien 'encontrar el lugar de mayor necesidad e ir a satisfacer las necesidades'", dijo el superintendente del Distrito Sur de las Islas Británicas, Carl McCann. "Y eso significa que trabajas continuamente con personas que están luchando, y que participas en la lucha. Pero creo que es un llamado del evangelio".
En la congregación, Sami encontró una familia y un sentimiento de seguridad.

"La gente de la Iglesia del Nazareno significa, para mí, familia", dijo Sami, "No me conocían. Confiaron en mí. No me conocían. Ellos me ayudaron. Me dieron alojamiento. Me dieron sus corazones".

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