NAE publica una declaración sobre la identidad evangélica
La Asociación Nacional de Evangélicos recientemente publicó una declaración explicativa, "Evangélicos: lo que compartimos en la fe en medio de una amplia diversidad", como una herramienta para ayudar a las personas a entender y explicar quiénes son los evangélicos.
Evangélicos: Lo que compartimos en la fe en medio de una amplia diversidad
Los cristianos evangélicos son personas de fe. Nuestra diversidad abarca la geografía, razas, política, educación y la economía. En las palabras de la Biblia, nos encontramos entre " una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas" (Apocalipsis 7: 9).
Nos identificamos por nuestras convicciones espirituales en la autoridad de la Biblia, la salvación solamente por medio de Jesucristo y en poner en práctica nuestra fe en la vida cotidiana, especialmente compartiendo las buenas nuevas de Jesús con los demás. Compartimos las creencias cristianas históricas en Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Creemos que Jesús murió en la cruz y resucitó a la vida.
Muchos seguidores de Cristo reclaman el nombre evangélico porque es la palabra original de la Biblia para buenas nuevas. Otros prefieren ser llamados nacidos de nuevo. Algunos escogen cristianos o evitan los títulos a favor de una fe simple.
Debido a que hay millones de nosotros en los Estados Unidos y muchos más en otros países del mundo, hay subgrupos identificados por el lugar donde vivimos, la forma en que votamos, el nivel de nuestra educación o incluso nuestras expresiones culturales locales. Cada uno tiene creencias y prácticas distintivas que pueden ser desconocidas o incómodas entre sí. A veces estos subgrupos o sus líderes se identifican como un modelo que representa a todos los evangélicos, aunque no haya consenso, conexión o comunicación entre ellos.
Lo que todos los evangélicos comparten en común no requiere conexión organizacional, afiliaciones denominacionales o liderazgo compartido, ya que nuestro vínculo común es la fe personal en Jesucristo como Señor y Salvador.
A lo largo de la historia y aún hoy en día, lo nos define es la compasión y el cuidado que los cristianos evangélicos expresan por los demás. Esto ha llevado a enviar misioneros, fundar universidades, construir hospitales, alimentar a los hambrientos, buscar justicia para los pobres y servir como agentes de Jesús en un mundo quebrantado. La variedad de evangélicos y nuestras muchas causas han llevado a los evangélicos a darle énfasis a asuntos que hacen que difieran unos de otros y que incluso causen conflicto, tanto en la sociedad en general como con otros evangélicos. Hemos tenido éxito y hemos fracasado, pero no nos hemos dado por vencidos. Volvemos a la enseñanza de la Biblia y al liderazgo de Jesús en nuestra búsqueda de ser fieles a nuestro llamamiento de amar a Dios, amar a nuestro prójimo y compartir nuestra fe.
Nuestra identidad se encuentra en nuestra fe en medio de nuestra diversidad.