La primera cumbre en línea para hijos de pastores nazarenos filipinos se llevó a cabo el 21 de agosto de 2020 con más de 150 participantes. Encabezado por un equipo de hijos de pastores apasionados de Filipinas, este evento representa el lanzamiento del énfasis decenal en los niños del Área Filipinas-Micronesia.

“Mi oración y deseo para todos los hijos de los pastores en el área es que sean radicales en su fe en Jesucristo, que confíen en Él y lo obedezcan en cada paso del camino, y que se conviertan en discípulos que encarnen a Jesús y que hagan discípulos semejantes a Cristo dondequiera que se encuentren”, dijo Stephen Gualberto, coordinador de estrategia de área.

La cumbre tuvo como objetivo capacitar a los hijos de pastores para que puedan desempeñar con éxito sus diferentes responsabilidades y fortalecer el compañerismo entre ellos. Este evento animó, inspiró y estableció un sentido de rendición de cuentas entre los participantes en su camino hacia la semejanza a Cristo.

El evento de la cumbre estuvo repleto de temas, incluido el ser un “acompañante” o alguien que pueda fomentar un sentido de rendición de cuentas entre otros cristianos y animarlos en su caminar. También hubo un foro sobre justicia y discipulado. Los hijos de pastores disfrutaron de talleres, tiempos de adoración, testimonios y reflexiones apropiados para su edad mientras compartían en sesiones grupales.

“La experiencia más impactante en esta cumbre es la parte de compartir, donde llegamos a conocer las luchas de otros hijos de pastores, y también pudimos compartir nuestras luchas”, dijo un participante*. “Me di cuenta de que no estoy solo, que tengo una familia extensa con la que puedo compartir mis problemas y pueden dar los mejores consejos porque ellos también lo han experimentado”.

La cumbre afirmó a los asistentes recordándoles que no están solos. El saber esto les ayuda a darse cuenta de su valor y propósito en su identidad como hijos de pastores.

Uno de los participantes expresó cinco acciones prácticas que aplicaría después de la cumbre.

“Primero, abrazaré a mis padres, porque me duele pensar en que ellos estén llorando o desanimados porque me ven luchando. En segundo lugar, haré todo lo posible por ver las bendiciones en lugar de los problemas. En tercer lugar, seré la luz sin importar lo difícil que pueda ser, especialmente en esta generación. Cuarto, me enfocaré en Dios y no dejaré que otros me desanimen. Y por último, aprenderé a llevar con orgullo el título de hijo de pastor”.

Esta cumbre es el comienzo de la construcción de relaciones de por vida y la tutoría intencional de los hijos de pastores que son llamados, favorecidos y estratégicamente posicionados por Dios para hacer Su voluntad.

Los que tuvieron la oportunidad de participar esperan con ansias el próximo evento, donde los hijos de pastores nuevamente podrán tener conversaciones significativas, un compañerismo cálido y un fortalecimiento mutuo.

“Estoy muy agradecido con aquellos que impulsan este tipo de eventos para nosotros”, dijo otro participante. "Dios sabe cuánto necesitamos reuniones como esta, donde podamos ser escuchados, entendidos y consolados por personas que pasan por las mismas cosas".

--Iglesia del Nazareno Asia-Pacífico