Un equipo de Trabajo & Testimonio de Glendora Community Church of the Nazarene en Glendora estaba esperando abordar un vuelo a la isla de Chuuk cuando escucharon el anuncio por el altavoz del aeropuerto: Chuuk había prohibido todos los vuelos de países con casos COVID-19, incluido EUA inmediatamente.

"No podíamos creerlo", dijo Janet Wilkins, la coordinadora de Trabajo y Testimonio del viaje. "Su equipaje estaba en el avión".

El equipo se reagrupó en Guam Church of the Nazarene y rápidamente comenzó a buscar planes alternativos.

"La iglesia GCC quería trabajar", dijo Wilkins. “Se habían tomado dos semanas de vacaciones para servir. Habían planeado durante tanto tiempo".

El grupo de Glendora, California, había comenzado a planear el viaje casi dos años antes, y no estaban dispuestos a darse por vencido. Tres de los miembros del grupo habían servido previamente en Kahului Nazarene en Maui, Hawai, por lo que decidieron cambiar el lugar del viaje. Después de una llamada telefónica a la iglesia, el pastor Tim Cruz ayudó a organizar el hospedaje para el equipo y encontró formas de servir a la comunidad.

El equipo tuvo que esperar casi dos días para un vuelo de Guam a Hawai. Durante las siguientes 36 horas, buscaron cosas que hacer en la Iglesia del Nazareno en Guam. Wilkins dijo que terminaron varios proyectos en la iglesia, incluida la instalación de pizarras nuevas, la construcción de gabinetes y la reparación de techos con goteras.

Cuando el equipo llegó a Hawai, descubrieron que su trabajo en Kahului sería en gran medida con los mismos grupos de personas que habían planeado servir en Chuuk. El enfoque de Kahului Nazarene es alcanzar a personas de la isla Chuuk y las islas circundantes de Pohnpei y Yap que se han mudado a Hawai. Pudieron comunicarse con los niños y jóvenes de esa ciudad, que resulta que el 80 por ciento son de Micronesia.

"Nuestro viaje no salió según lo planeado", dijo Matt Bolt, miembro del equipo de la iglesia GCC. “Estuvo mejor de lo planeado. Ayudamos a dos iglesias con trabajo manual, gastamos mucho más de $ 10,000 [en suministros], y pudimos amar a las personas y entonar himnos de adoración en idiomas micronesios. Tal vez extrañábamos el estar físicamente estar en la isla Chuuk, pero Dios nos dio a las personas".

Mientras el equipo de GCC se movilizaba a Hawai, los Wilkins pudieron viajar con los suministros, contratar un equipo de construcción y finalizar el proyecto que GCC tenía programado completar.

"Podemos planificar todos los detalles y soñar la forma en que podría realizarse, pero nuestro Señor es soberano y bueno en sus planes", dijo Wilkins. "Él hizo que este viaje pasara de ser un desastre de COVID-19 a una forma de ministrar a los micronesios en tres lugares separados".

--Iglesia del Nazareno Asia-Pacífico