Conferencia en Europa fomenta y celebra el ministerio de la mujer
Qendressa, una líder laica en la Iglesia del Nazareno en un país balcánico donde las mujeres tienen prohibido ejercer el liderazgo sobre los hombres, fue una de las 153 mujeres y cinco hombres que viajaron a la conferencia CALLED (Llamada) en Zagreb, Croacia.
La comunidad cristiana en la nación cuenta solamente con unos pocos miles y representa una minoría muy pequeña de la población general. Ella solamente había visto a una mujer predicar desde el púlpito una vez, y esa persona era una misionera estadounidense.
El concepto de una conferencia wesleyana para mujeres en el ministerio ha evolucionado durante casi dos décadas. La primera conferencia se celebró en Irlanda en 2002 y asistieron principalmente mujeres de Europa occidental. La conferencia de este año en Zagreb refleja el crecimiento en la asistencia numérica, así como la expansión de la cooperación entre las iglesias wesleyanas de santidad en toda Europa.
Los participantes de la conferencia incluyeron miembros de la Iglesia Wesleyana, la Iglesia de Dios, la Iglesia del Nazareno, One Mission Society, los Metodistas Unidos en Rusia y la Iglesia Anglicana.
El comité directivo de la conferencia tenía la esperanza que la inclusión de las mujeres en la conversación teológica fuera transformadora. Los presentadores eran de un trasfondo diverso en términos de etnicidad, geografía, edad, experiencia y responsabilidades ministeriales. La lista de asistencia se extendió a las mujeres que aún estaban explorando su llamado así com o a mujeres que han cumplido los niveles más altos de ordenación en sus denominaciones.
La Iglesia Wesleyana como la Iglesia del Nazareno se han beneficiado del liderazgo de las mujeres en todos los niveles de administración de la iglesia. En 2008, JoAnne Lyons fue elegida superintendente general de la Iglesia Wesleyana, el cargo más alto para esa denominación. La Iglesia del Nazareno eligió a dos mujeres como superintendentes generales: Nina Gunter en 2005 y Carla Sunberg en 2017.
La conferencia disfrutó de un balance en las áreas de teología y los tiempos de desarrollo de habilidades prácticas con 13 talleres enfocados en cuatro temas generales: el ministro, la iglesia, las relaciones saludables y la teología. El programa se completó con dos paneles de discusión, mesas temáticas, devocionales, sermones y un servicio de lamento y reconciliación. La conferencia cerró con un tiempo de oración y eucaristía.
Un taller dirigido por Svetlana Khobnya, teóloga rusa y profesora de estudios bíblicos en Nazarene Theological College – Manchester, trató sobre las interpretaciones bíblicas de dos versos, 1 Timoteo 2: 8-15 y 1 Corintios 14: 34-36, que son los pasajes más frecuentes para prohibir o establecerle limitaciones a las mujeres. Qendressa dice que el taller que impartió Khobnya fue un punto crítico para ella porque le hizo recapacitar y luchar con las posibles implicaciones que enfrentaría al obedecer el llamado de Dios en su vida.
Otro taller, dirigido por Tatiana Cantarella, se centró en cómo las mujeres pueden mantener una identidad pastoral saludable cuando existe la desaprobación de la cultura. Antes de mudarse a Minsk, Bielorrusia, para plantar una iglesia, Cantarella pastoreaba en Moscú, Rusia. Ella capturó el corazón de la conferencia cuando describió la plantación de iglesias en una ciudad donde no hay más wesleyanos.
"Es un desafío existir dentro de una comunidad cristiana que lucha con mi llamado y mis dones porque soy una mujer", dijo Cantarella.
Khobnya y Cantarella, ambas rusas, representaron los contextos religiosos de la gran mayoría de las mujeres que asistieron a la conferencia. La mayoría de las iglesias en las antiguas naciones soviéticas, el Medio Oriente y los Balcanes prohíben que una mujer suba al púlpito o a cualquier lugar de autoridad o liderazgo sobre un hombre. En estos contextos, las personas que asistieron a la conferencia, esta es la primera generación de ministras, y ellas cuentan con la bendición y el completo respaldo de sus denominaciones y organizaciones.
En todo el vasto continente europeo, esta generación de mujeres wesleyanas de santidad espera formar un presente y un futuro en el que la presencia de una mujer en el púlpito sea algo normal.